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Fuegos artificiales

Todas las noches a las 23.00 horas se ofrece una exhibición de fuegos artificiales que puede contemplarse desde diversos puntos de la ciudad. Las mejores pirotecnias disparan sus colecciones de luces multicolores desde los fosos de las murallas de la Ciudadela.

El espectáculo de fuego, luz y sonido supone el inicio de la fiesta nocturna en Sanfermines. Miles de espectadores contemplan extasiados las composiciones de color y pólvora antes de perderse en la juega nocturna de verbenas y bares de la ciudad. Es el momento elegido para que las cuadrillas se reúnan de nuevo y comenzar la fiesta.

Miles de personas se acomodan en el césped del parque de la Ciudadela para asistir cómodamente a la colección de fuegos. En las bocacalles que convergen a la Vuelta del Castillo se van colocando los más rezagados, ya que son muchos los que no quieren perderse la belleza plástica de este espectáculo al aire libre. Momentos antes se apagan las luces de las farolas cercanas para poder apreciar mejor los matices cromáticos y los efectos de los fuegos artificiales en la oscuridad de la noche.

Los mejores polvoristas se fuerzan cada noche en ofrecer los más sofisticados efectos pirotécnicos que forman figuras como las guirnaldas, gusanitos, palmeras, japonesas con carcasas de atrevidos y vistosos colores, en composiciones a varias alturas, que cuidando el ritmo, se largan hasta casi media hora. Para terminar en la apoteosis final de pólvora. Es recomendable no perdérselos, ya que a la pericia de los polvoristas se une la idoneidad del recinto y la magia de una noche de fiesta.

Los fuegos artificiales siempre han estado presentes en los Sanfermines. Desde el año 1595, cuando la programación de fiestas era mucho más modesta que la actual, los fuegos se incluían como uno de los actos principales. Desde entonces, y salvo en raras ocasiones, no se han dejado de tirar ningún año. Metidos ya en el siglo XXI, las composiciones incorporan innovaciones como la tecnología digital para dirigir las carcasas o colores novedosos. Desde el año 2000, los fuegos de Pamplona se elevaron a la categoría de concurso internacional, con jurado y premios incluidos. Las mejores pirotecnias europeas acuden a Pamplona para participar en él, esforzándose por conseguir los mejores resultados. Con esta medida se ha conseguido mejorar la calidad del espectáculo.

Los mejores lugares para verlos son sin duda los que se encuentran dentro del parque de la Ciudadela. Una gran extensión de césped que rodea al emblemático recinto de la Vuelta del Castillo. Para sentarse tranquilamente sobre la hierba lo mejor es extender una manta o similar, al estilo de un picnic, para evitar la humedad del suelo. Tampoco está de más llevar siempre una chaqueta o prenda de abrigo ya que el tiempo es bastante cambiante en Navarra. Si no se acude con tiempo para coger un buen sitio, se pueden observar desde la Avenida del ejército y las calles adyacentes, hasta la Plaza de los Fueros. Otros buenos sitios son el Paseo de Sarasate y plaza de la Paz, aunque desde allí no se aprecian los fuegos más bajos y las cascadas de luz que se deslizan por las murallas. Puedes sentarte en la hierba tomando algo para ver el espectáculo. Es lo que hace la mayoría de la gente. Pero tienes que tener en cuenta que el Ayuntamiento coloca una valla que delimita el sitio en el que no te puedes sentar. No se debe cruzar la valla, porque el espacio al que prohíbe la entrada es peligroso, pues allí caen restos de fuegos y las cañas. El mejor patio de butacas lo ofrece el parque de la Vuelta del Castillo, con su mullida hierba sobre la que muchos aprovechan para dar un descaso al cuerpo y disfrutar del espectáculo para luego continuar la fiesta.