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La Comparsa

La Comparsa de Gigantes y Cabezudos se ha convertido a lo largo de los años en uno de los símbolos de la fiesta de San Fermín. Son personajes muy queridos por los habitantes de esta ciudad, que los han visto desfilar desde siempre. Las cuatro parejas de gigantes forman una corte de reyes, escoltados por los cabezudos y los kilikis, que representan a la autoridad local, y los zaldikos, que en euskera significa caballos. En total 25 figuras de cartón piedra que hipnotizan con sus danzas a niños y también a mayores en las mañanas festivas de las calles de Pamplona.

La Comparsa de Gigantes y Cabezudos ha estado presente en las celebraciones importantes de Pamplona desde el siglo XVI. En el XVIII se perdió esta tradición que se recupera un siglo más tarde gracias a los seis gigantes que conservaba la Catedral de Pamplona. Las esculturas de cartón piedra que actualmente encarnan a los gigantes se crearon hace casi ciento cincuenta años. Exactamente en 1860, cuando el Ayuntamiento encargó a Tadeo Amorena la construcción de 4 parejas de Gigantes, un rey y una reina de cada uno de los continentes: América, África, Europa y Asia, a excepción de Oceanía, de la que no tenían noticia en la época en que se crearon.

El bailador carga sobre los hombros la figura, dentro de su estructura, soportando entre 59 y los 64 kilos de peso, mientras los baila. Es sorprendente descubrir como estos enormes personajes, que alzados llegan a medir 4,20 metros de altura, se mueven con tanta soltura y elegancia. Los gigantes parece que cobren vida al son de la música de los Gaiteros de Pamplona-Iruñeko Gaiteroa. Los niños más pequeños les regalan sus chupetes como regalo, por el cariño que les tienen, que cuelgan de sus enormes manos durante toda la mañana.

Los primeros en llegar son los cabezudos, son mozos disfrazados que portan grandes cabezas, representan la autoridad, con semblante serio y con andares solemnes. Son cinco y se les conoce por el Concejal, la Abuela y el Alcalde y la pareja de japoneses (Japonés y Japonesa). Se dedican a dar la mano a todos los niños que se lo pidan. Son obra del pamplonés Félix Flores, que los creó en 1890.

Los kilikis se diferencian de los cabezudos porque llevan verga y pegan. Todos llevan sombrero de tres picos y con sus caras malhumoradas atemorizan a los chicos a los que persiguen dando golpes a diestro y siniestro. los niños les gritan: "¡kilikiki! ikilikiki! icon el palo, no; con la verga, sí!". Responden a los nombres de Coletas, Patata, Barbas, Verrugas, Napoleón y Caravinagre.

Los zaldikos, que en euskera significa caballos, simulan jinetes montados en sus cabalgaduras que armados con sus vergas corretean a los chavales que encuentran en su camino.

La Comparsa sale todas las mañana de la estación de autobuses, a eso de las 9,30 hs, excepto el día seis que salen a las 16.30 hs, para recorrer las calles del Casco Antiguo y del Ensanche, con un itinerario distinto cada día, aunque siempre se recogen en Autobuses. Para conocer las calles que visitaran los gigantes cada día, lo mejor es consultar la prensa local. El día 14 tiene lugar el último baile en la Estación de Autobuses, en un momento muy emotivo que los pamploneses conocen como la Despedida de los Gigantes